Según datos de la organización Clean Clothes Campaign, aproximadamente el 80% de los trabajadores textiles son mujeres. Sin embargo, en ciertos aspectos, como el planchado, los hombres ocupan la mayoría de los puestos. Marina Conde, directora creativa de La Condesa, señala que esto se debe a que los hombres suelen manejar mejor las planchas industriales, especialmente para prendas pesadas como chaquetas y abrigos.
La pandemia ha despertado un renovado interés en la costura entre los hombres, aunque aún persisten estigmas sociales que vinculan esta actividad principalmente con las mujeres. ¿Por qué los hombres no cosen? La respuesta a esta pregunta involucra factores culturales y sociales arraigados en la percepción de la costura como un oficio femenino y menos valorado.
César Ramírez, fundador de Madrid Craft Week, reconoce que la mayoría de las costureras son mujeres, pero observa un cambio gradual con más hombres participando en cursos de moda y patronaje. Programas como «Maestros de la Costura» también están contribuyendo a esta transformación al mostrar una paridad de género entre los concursantes.
Pepa Bueno, Directora Ejecutiva de ACME, destaca que los oficios relacionados con la moda han sido tradicionalmente dominados por mujeres, mientras que los roles de liderazgo han sido ocupados principalmente por hombres. Sin embargo, subraya la importancia de darle glamour y relevancia social a estos oficios para atraer a más personas, independientemente de su género.
Marta Coca, directora de la pasarela 080 Barcelona Fashion, coincide en la necesidad de revalorizar la costura como una profesión viable y gratificante para hombres y mujeres jóvenes. Destaca que la costura ha sido a menudo vista como una labor doméstica o reproductiva, pero enfatiza su importancia como un proceso creativo y productivo esencial en la industria de la moda.
Para Menchén Tomàs, que trabaja en una marca de moda, es crucial reconocer la importancia de las costureras en el proceso de creación de prendas y equiparar su valor al del equipo de diseño. Insiste en la necesidad de cambiar la percepción social y económica de la costura para atraer a una nueva generación de talentos.
En resumen, la ausencia masculina en la costura refleja estereotipos de género arraigados y una falta de reconocimiento del valor de este oficio en la sociedad. Revalorizar la costura como una profesión digna y atractiva es esencial para atraer a más hombres y jóvenes al mundo de la moda y garantizar su futuro en la industria textil.